“Lo único ecológico es el kilómetro cero”
El ganadero José Martínez, pionero en la Isla con el yogur ecológico, habla de las dificultades para que la producción llegue a las grandes superficies
José Martínez certificó como ecológica la ganadería de La Atalaya en 2005. Se asienta en un rincón de la cumbre entre Haría y Máguez, tras restaurar una antigua finca abandonada en los años 50. Con una cabaña de 70 cabras que producen hasta 100 litros de leche diaria y 230 gallinas. Junto a tres de sus hijos, ha conseguido sacar adelante un proyecto “muy laborioso y poco rentable”, más por vocación que por negocio, pero con la conciencia tranquila de saber que contribuye a una mejor y más saludable alimentación de sus clientes, entre ellos, los alumnos del colegio Capellanía del Yágabo de Arrecife, único centro educativo de Lanzarote integrado en el proyecto de Ecocomedores.
Conoció el programa a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, pero lamenta que tan sólo un centro educativo de la Isla se incluya en esta iniciativa. Los intentos para que los comedores de otros colegios cuenten con alimentos ecológicos han sido infructuosos. José no acaba de entenderlo y más cuando el propio cocinero del Capellanía, Oliver, les transmitió a los chefs en un encuentro que esta producción “sale más económica”. Resume esta reticencia en una palabra: “comodidad”, concepto que se extiende tanto a las cocinas de los colegios como a los hogares.
“Son dos velocidades, una, la que nos asegura que la producción ecológica es mejor para el medio ambiente y los beneficios de una comida sana y, después, está la realidad”. Así, explica que “al consumidor le resulta más cómodo adquirir un producto lácteo de una marca industrial en un supermercado, a pesar de comprobar en su etiquetado que realmente no es yogur sino polvos y agua”, en lugar de acudir a la finca o los establecimientos especializados donde se pueden adquirir esos productos ecológicos que no llegan a las grandes superficies por las políticas comerciales de las que disponen estos establecimientos, como subvenciones para el transporte de la mercancía de importación, entre otras ventajas, según comenta Martínez.
La parte positiva de su trabajo es enorgullecerse de contar con un producto valorado y reconocido, además de servir como fortaleza familiar en la que están volcados sus descendientes. Destacan entre sus valores que ha sido la primera quesería ecológica de la provincia de Las Palmas y la única con yogur ecológico, “el plato fuerte”, como le gusta decir a José Martínez. A lo que más tarde se han ido añadiendo los huevos de su granja ecológica y también algo de carne de cochino.
“Se acude a la alimentación ecológica una vez que el daño ya está hecho, en lugar de adquirir hábitos saludables que prevengan enfermedades”
José Martínez es un veterinario llegado a Lanzarote en 1984 que, desencantado con la forma en que se trataba a los animales para la producción industrial desde la veterinaria convencional, de la que dice que “exprime a los ejemplares como si de limones se tratase”, decidió un día apostar por su propia granja, donde los animales pastan libres y se les mima en todo los detalles, con una alimentación ecológica y tratamientos veterinarios de homeopatía.
Asegura que en su finca “nunca ha caído ni una gota de química”. Tanto es así que estudió minuciosamente la orientación de los terrenos donde se asienta su centro de producción para evitar posibles contaminaciones de la tierra.
Martínez relata por qué decidió abandonar su confortable trabajo de veterinaria por una sacrificada vida en el campo. “Yo empecé en mi trabajo cuando a las vacas se las conocía por su nombre y acabé con las que tenían un número de entre un grupo de mil y se morían al segundo año de nacer. Parían, daban toda la leche y ya no aguantaban más, cuando yo he conocido vacas de hasta dieciocho años. Eso era lo que a mí me gustaba”.
Conciencia ecológica
José reconoce que la conciencia de los consumidores por una alimentación saludable y local ha ido creciendo y recuerda que “lo único ecológico es el kilómetro cero”. La importancia de cuidar la salud con la alimentación ha ido ganando enteros. Es de los que opinan que la forma en la que el ser humano ha ido nutriendo su cuerpo a lo largo de todos los años, al final, pasa factura y, así, entiende que la nutrición ha tenido mucho que ver en la posterior generación de lo que da en llamar “epidemias de enfermedades”.
Sin embargo, casos como la escasa implicación de los centros escolares de Lanzarote en el proyecto Ecocomedores ponen de manifiesto que no acaba de calar como debería esa conciencia por lo natural. “A pesar de que todos los padres quieren lo mejor para su hijos, aún queda mucho trabajo por hacer”, comenta.
Añade también que es habitual acudir a la alimentación ecológica una vez que el daño ya está hecho “en lugar de adquirir hábitos de vida saludables que prevengan esas enfermedades”. Su recomendación para una mejor nutrición es: “kilómetro cero y alimentación consciente”.
Comentarios
1 Anónimo Lun, 26/08/2019 - 07:42
2 Oscar Lun, 26/08/2019 - 12:22
3 Sara Lun, 26/08/2019 - 15:06
4 Alma Lun, 26/08/2019 - 15:28
5 IslasHermanas Lun, 26/08/2019 - 22:53
6 Educación Mar, 27/08/2019 - 09:46
7 Miniyo Mar, 27/08/2019 - 23:40
8 Encarna Mié, 28/08/2019 - 08:01
9 Para todos Jue, 29/08/2019 - 09:43
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